sábado, 3 de noviembre de 2012

¿Te has preguntado que hay detrás de una sonrisa?

Muchas veces sonreímos, pero no analizamos la causa, simplemente lo hacemos Pero suponiendo que hiciésemos esto último, las preguntas a responder serían: ¿quién?,¿porqué?,¿cómo?,¿cuándo?,¿dónde?.
Preguntas con una gran variedad de respuestas que conllevan a un mismo resultado. 
Lo mismo ocurre con las decisiones, las preguntas son las mimas, el resultado, totalmente distinto y es que no siempre el desenlace es igual, así lo demuestran los cuentos. Las decisiones, vienen, nos acechan y nos arrastran con ellas, aún así son parte de nuestra vida, nuestro ser, son la esencia de lo que somos ahora. Si de niña no hubiese elegido pintar mi cuarto de rosa, posiblemente ahora sería azul y no verde. Las decisiones conllevan movimiento, sonido de pisadas en un pasillo, cambio. Y es cierto, que todos, absolutamente todos, tememos a los cambios. pero sin embrago, ¿nos asusta que llueva después de un largo y soleado verano? La respuesta es sencilla: NO. Hay personas que anhelan esa lluvia, el frío, las prendas gordas (he de admitir que yo no soy una de ellas) y sin embargo no se asustan del cambio que supone eso, simplemente, esperan impacientes a que llegue. Y es que a veces necesitamos los cambios, nuestro cuerpo lo pide, lo grita, cosa ante al cual reaccionamos de dos maneras distintas: 1. hacerle caso 2. ignorarlo. Es como una llamada telefónica. Un nuevo ser nos llama, nuestro nuevo yo. Este nuevo yo, puede ser genial, adorable, increíble, pero no eres tu hasta que seas realmente tú. Se que suena, raro y lioso, pero es así. No dejes que te domine, tampoco lo rechaces simplemente, abrázalo.



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