lunes, 12 de noviembre de 2012

Stop

Hoy no os traigo una de mis reflexiones, sino un texto que escribí hace tiempo. Espero que os guste.


Su sonrisa se desvanecía como un sueño imposible de alcanzar, como la visión de una meta que cada vez se ve mas lejos. ¿Pero de que servía mirar atrás? Las fotos de un pasado mas feliz, que sus manos sujetaban, cayeron sobre la baldosa fría y mojada. Sentía como sus piernas temblaban, como las fuerzas se escapaban por sus lágrimas y como se paraba su respiración para romper en un silencioso llanto hecho de desesperanza.
La razón no era el futuro o el presente ni el pasado, sino el no poder ver ninguno de estos. Su mente estaba nublada en shock, no reaccionaba y por mas que su mente le pedía dejar de derramar lagrimas, sus sentimientos se había apoderado de su cuerpo. De repente su vida parecía un grano de arena, una estrella en el inmenso cielo. Sentía que todo lo sacrificado, no había servido para nada, que había sido un gasto inútil.
A su alrededor la gente observaba la escena, unos con indiferencia, otros con preocupación e incluso algunos ni se daban cuenta de su presencia. La gente se agolpaba en la avenida, la cuál por primera vez en su vida veía gris. Alguien recogió las fotos, que luego encontró apiladas a sus pies, pero que sin mas remedio estaban mojadas.
Pasaban las horas y ni siquiera su sombra era capaz de dar un paso firme. La lluvia que había calado sus ropajes de la alta sociedad decidió parar y la luna brillaba en un baile de luz con las constelaciones. La noche había entrado y las más insospechadas personalidades se veían reflejadas en los charcos.
Pero ni el frío o el miedo le sacaban de su asombro o incluso tristeza. Su mundo estaba partido en mil pedazos, como un vaso de vidrio que se rompe accidentalmente. De repente vio como sus pies se movían, levantó la cabeza para buscar la mirada de la fuerza que la empujaba. Un sentimiento cálido le invadió.

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